LA PROFECÍA DE DANIEL 2
1. Lee el siguiente texto y responde:
“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra” (Daniel 2:31-35)
2. ¿Cuáles son los cuatro reinos terrenales que están representados? ¿De qué manera sorprendente se han cumplido las profecías bíblicas? ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a las profecías bíblicas?
¿Qué reino representa la cabeza de oro de la gran imagen?
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado o, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro (Dan 2:37,38)
Ø La cabeza de oro representa a Babilonia: (605-539 a. C.)
Babilonia es una de las ciudades más importantes de la antigüedad, cuya localización está hoy en día(2007) marcada por una amplia zona de ruinas al este del río Éufrates, a 90 km al sur de Bagdad, en Irak. Babilonia fue la capital del Imperio babilónico. En la antigüedad, la ciudad se beneficiaba de su posición en la importante ruta comercial por vía terrestre que conectaba el golfo Pérsico y el Mediterráneo. En los días de Nabucodonosor, Babilonia era sin duda la ciudad más grande y rica de toda la tierra. Por eso la Escritura la llama "la ciudad codiciosa de oro" (Isa. 14:4; Jer. 51:7; Apoc. 18:16).
El carácter del Imperio Babilónico queda indicado por la cabeza de oro. Era el reino de oro de una edad de oro. Babilonia, su metrópoli, se elevó a una altura nunca alcanzada por ninguna de sus sucesoras. Situada en el jardín del Oriente, formaba un cuadrado perfecto, que tenía, se dice, 96 kilómetros de perímetro, o sea 24 de cada lado; estaba rodeada por una muralla que tuvo, según se calcula, de 60 a 90 metros de altura y 25 de ancho, con un foso en rededor, que era de igual capacidad cúbica que la muralla misma; se hallaba dividida en cuadras por sus muchas calles, que se cortaban en ángulo recto, siendo cada una de ellas derecha, bien nivelada y de una anchura de 45 metros; ocupaban sus 576 kilómetros cuadrados de superficie, exuberantes jardines(que fueron una de las siete maravillas del mundo antiguo) y lugares de recreo, entrecortados por magníficas moradas; de modo que esta ciudad, con sus 96 kilómetros de fosos, sus 96 kilómetros de muralla exterior, sus 48 kilómetros de muralla que se elevaban a ambos lados del río que pasaba por su centro, sus puertas de bronce sólido, sus jardines suspendidos cuyas terrazas se elevaban una sobre la otra hasta alcanzar la altura de las murallas mismas, sus templos dedicados a Marduk, dos palacios reales, uno de los cuales tenía seis kilómetros de circunferencia y el otro un poco más de doce, con los túneles subterráneos que, pasando bajo el río Eufrates, unían los dos palacios, su perfecto ordenamiento para la conveniencia, el adorno y la defensa, y sus recursos ilimitados, esta ciudad que encerraba en sí misma muchas cosas que eran maravillas del mundo, era ella misma otra maravilla aun más prodigiosa. Allí, teniendo a toda la tierra postrada a sus pies, como una reina de sin par grandeza, que mereció de la pluma inspirada misma este brillante titulo: "hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los Caldeos," se destacaba esta capital idónea de aquel reino representado por la cabeza de oro en esa gran imagen histórica.
¿Qué reino representa el pecho y los brazos de plata de la gran imagen?
Ø El reino medo-persa:(539-331 a.C.)
Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo...(Dan. 2:39)
El reino que sucedió a Babilonia, a saber Medo-Persia, respondía a los pechos y los brazos de plata de la gran imagen. Había de ser inferior al reino precedente. ¿En qué respecto? No en su poder, porque conquisto a Babilonia. No en su extensión, porque Ciro subyugó todo el Oriente desde el mar Egeo hasta el río Indo, y hasta erigió un imperio más extenso. Pero fué inferior en riquezas, lujos y magnificencia. Medo-Persia y Grecia reciben sólo un tratamiento superficial. Daniel se concentra principalmente en el primero y el último imperio. Medo-Persia (539-331 a.C.) no en inferior ni en tamaño ni en duración a Babilonia, pero sí me claramente inferior en lujo, magnificencia y en la complejidad de su civilización. La referencia a la plata alude al hecho de que los persas usaban este metal en su sistema tributario. Cada sátrapa pagaba sus tributos en talentos de plata, excepto los de la satrapía hindú, los más ricos de todos, que pagaban en oro
¿Qué reino representa el vientre y los muslos de bronce de la gran imagen?
... y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra (Dan. 2:39).
Ø Grecia: 331-168 a.C.
Grecia entró en el campo de la visión para ser durante un tiempo el objeto que absorbía toda la atención, como el tercero de los que se llaman los imperios universales.
El tercer reino era Grecia (331-168 a.C.).
Alejandro el Grande conquistó Medo-Persia (336-323 a.C.). Los griegos empleaban comúnmente el bronce en los negocios (Eze. 27:13) y en la guerra. Los soldados griegos se distinguían por sus armaduras de bronce. Sus cascos, escudos y sus hachas estaban hechos de este metal. Heródoto nos dice que Psamético I de Egipto vio en la invasión de los piratas griegos el cumplimiento de una profecía conocida como "Los hombres de bronce venidos del mar".
¿Qué reino representan las piernas de hierro de la gran imagen?
Ø El reino de Roma: 168 a.C.- 476 d.C.
Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo (Dan 2:40)
Hasta aquí existe acuerdo general entre los expositores de la Escritura con referencia a la aplicación de esta profecía. Todos reconocen que Babilonia, Medo-Persia y Grecia están representadas respectivamente por la cabeza de oro, los pechos y los brazos de plata, y el vientre de bronce. Pero, sin que haya más base para tener opiniones diversas, existe, sin embargo, una diferencia de interpretación en cuanto al reino simbolizado por la cuarta división de la gran imagen: las piernas de hierro. ¿Qué reino sucedió a Grecia en el dominio del mundo, puesto que las piernas de hierro denotan el cuarto reino de la serie? El testimonio de la historia es amplio y explícito al respecto. Un reino cumplió esto, y uno solo, a saber Roma. Venció a Grecia; subyugó todas las cosas; como el hierro, desmenuzó y quebrantó todo lo que se le oponía.
¿Qué nos indica el símbolo de los pies y los dedos en parte de barro cocido y en parte de hierro? ¿Por qué no se considera un quinto reino? ¿A quiénes representa esta división? ¿Podrás convencer a un escéptico con esta profecía?
Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro (Dan.2:41-43)
Todos los historiadores concuerdan que la división del territorio de la Roma Occidental, surgieron finalmente diez reinos separados, al termino de este, Roma cayo como imperio universal en el año 476 de nuestra era. Hasta entonces había sido posible que una nación, después de alcanzar superioridad sobre sus vecinos por sus proezas y su ciencia de la guerra, consolidase sus conquistas en un vasto imperio. Pero cuando cayó Roma; estas posibilidades desaparecieron para siempre. El hierro quedó mezclado con el barro, y perdió su fuerza de cohesión. Ningún hombre ni combinación de hombres pudo volver a consolidar los fragmentos. Desapareció la primera fuerza del imperio, pero no como había sucedido a los demás. Ningún otro reino había de sucederle como habían sucedido a los tres que fueron antes de él. Había de continuar, en esta división de diez reinos, hasta que el reino de la piedra lo hiriese en los pies para desmenuzarlos y esparcir los trozos como el viento esparce el tamo de las eras del verano. “Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil”. Vez tras vez los hombres soñaron con edificar sobre estos dominios un poderoso reino. Carlomagno, Carlos V, Luis XIV, Napoleón Bonaparte y Adolfo Hitler, en 1815 Santa Alianza intentaron unificar el mundo pero fracaso, desde 1945 también la ONU pretende hacerlo con todas las naciones, pero hoy en el 2007 principios del siglo XXI, ¿están unidos? Un solo versículo de la profecía era más poderoso que todas sus huestes."En parte será fuerte, y en parte será frágil” Pero, tal vez digan los hombres: “Queda todavía otro plan. Si la fuerza no puede triunfar, la diplomacia y las razones de Estado pueden tener éxito. Vamos a probarlo” Pero la profecía prevé esto cuando dice: “Se mezclaran con alianzas humanas”. Es decir, formalizarán matrimonios con la esperanza de consolidar así su poder y al fin unir estos reinos divididos en uno solo. ¿Y tendrá éxito este plan? No. “Pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro”. Napoleón Bonaparte, procuró obtener por alianza lo que no pudo obtener por la fuerza, a saber edificar un poderoso imperio consolidado. Y ¿tuvo éxito? No. La misma potencia con la cual se había aliado, produjo su destrucción, en las tropas de Blucher, sobre el campo de Waterloo. “El hierro no se mezcla con el barro" Pero Napoleón no fue el último en probar el experimento. Numerosas guerras europeas siguieron a los esfuerzos del Pequeño Cabo. Para evitar conflictos futuros, gobernantes benévolos recurrieron al expediente de los matrimonios para asegurar la paz, hasta que al principio del siglo XX todo ocupante de un trono hereditario de cierta importancia en Europa estaba emparentado con la familia real británica.
¿Pero dónde quedaron esas alianzas humanas en la primera y segunda guerra mundial?
Actualmente, ¿Qué ha hecho la Organización de las Naciones Unidas a favor de la paz y la unidad en el mundo? ¿Hay tratados de paz? Pero, ¿Cuánto tiempo tardan en romperse? ¿Cuál es el sentir de las naciones tanto en América, Europa, Asia, África y Oceanía? ¿Se habla de paz o de armamentos nucleares? Al decir verdad, todas las naciones del mundo viven en medio de la confusión, el naufragio, la destrucción de las instituciones, la diplomacia ha fracasado, hemos visto con nuestros propios ojos el temor y la expectación de los jefes de estado y de las gentes, los ojos empañados por el pesar que le ocasionan la pérdida de la flor de su juventud, el envilecimiento de sus mujeres, la matanza de sus niños y ancianos, a través de las nubes que se levantan sobre la sangre humana humeante, un mundo angustioso busca ansiosamente indicios de que podrá sobrevivir. ¿Volverá el espejismo de la paz mundial? ¿Podrán los hombres a olvidar la declaración de la Palabra de Dios: "Mas no se pegarán el uno con el otro"? Pueden realizarse alianzas, y puede parecer que el hierro y el barro de los pies y de los dedos de la gran imagen se van a fusionar finalmente, pero Dios dijo: "No se pegarán."
¿Quién establecerá el quinto reino? ¿Cuál es el contraste de este reino con respecto a los reinos terrenales? ¿Cuáles son las características de este reino? (Juan 14:1-3; 1 Tes. 4:13-17; Tito 2:13; Dan. 2:44,45; Apoc. 21:1-4)
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación (Dan.2:44,45)
Aquí llegamos al punto culminante de esta profecía estupenda. Cuando el tiempo, en su avance, nos lleve a la escena sublime aquí predicha, habremos llegado al fin de la historia humana. ¡El reino de Dios! Grandiosa provisión para una dispensación nueva y gloriosa, en la cual su pueblo hallará el feliz término de la triste y mudable carrera de este mundo degradado. ¡Cuán gozosa transformación para todos los justos, de la lobreguez a la gloria, de la guerra a la paz, de un mundo pecaminoso a otro santo, de la muerte a la vida, de la tiranía y opresión al estado feliz de libertad y los bienaventurados privilegios de un reino celestial! ¡Gloriosa transición, de la debilidad a la fortaleza, de lo mutable y decadente a lo inmutable y eterno!
¿Cuándo se ha de establecer este reino? ¿Puede recibir respuesta una pregunta de tanta importancia para nuestra familia humana?
Estas son interrogaciones acerca de las cuales la Palabra de Dios no nos deja en la ignorancia, y en su contestación se ve el valor insuperable de este don celestial.
La Biblia afirma claramente que el reino de Dios era todavía futuro en ocasión de la última Pascua de nuestro Señor. (Mateo 26:29). Es motivo de una promesa hecha a los apóstoles y a todos los que aman a Dios. (Santiago 2:5.) Ha sido prometido al rebaño pequeño para un tiempo futuro. (Lucas 12:32.) Por muchas tribulaciones han de entrar los santos en el reino venidero. (Hechos 14:22.) Se ha de establecer cuando Cristo juzgue a los vivos y a los muertos. (2 Timoteo 4:1.) Ello sucederá cuando venga en su gloria con todos sus santos ángeles. (Mateo 25:31-34.) No decimos que ha sido revelado el momento exacto en esta profecía de Daniel 2 o en cualquier otra profecía; pero iban a presentarse tantos indicios de su proximidad, que la generación destinada a ver el establecimiento de este reino podría saber infaliblemente cuándo se acercase y hacer los preparativos que habilitan a los hijos de Dios para que participen de toda su gloria.
Reflexión: ¿Con qué exactitud se han cumplido las profecías predichas por la Biblia? En vista de que la Biblia, realmente es la palabra de Dios, ¿Nos estamos preparando para el reino eterno o simplemente nos absorben las influencias de los poderes de este mundo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario